domingo, 14 de noviembre de 2010

PERVIVENCIA DE LA LITERATURA CLÁSICA EN LA LITERATURA ESPAÑOLA

FEDERICO GARCÍA LORCA

"ESTÍO"

Ceres ha llorado
sus lágrimas de oro.
Las profundas heridas
de los arados
han dado racimos de lágrimas.
El hombre bajo el sol
recoge el gran llanto
de fuego.
El gran llanto de Cristo
recién nacido.
(Cruz,
aspa,
llama).
Ceres está muerta
sobre la campiña,
su pecho acribillado de amapolas,
su corazón
acribillado de cigarras.

ANTONIO MACHADO [DEDICADO A VALLE-INCLÁN]

Yo era en mis sueños, don Ramón, viajero
del áspero camino, y tú, Caronte,
de ojos de llama, el fúnebre barquero
de las revueltas aguas de Aqueronte.

Plúrida barba el pecho te caía.
(Yo quise ver tu manquedad en vano).
Sobre la negra barba aparecía
tu verde senectud de dios pagano.

"Habla"- dijiste, y yo: "Cantar quisiera
loor de tu don Juan y tu paisaje,
en esta hora de verdad sincera.

Porque faltó mi voz en tu homenaje,
permite que en la pálida ribera
te pague en áureo verso mi barcaje".

GERARDO DIEGO

"Púnica Dido"


Púnica Dido o reina de Tartessos
o hembra blanca mirlesa[1] de la alta Nubia,
tu estatua arranca rabias de la gubia[2]
y cadencias de flauta alza en mis huesos.

Cuando el goloso áspid de los besos[3]
tu cuello escorzas implorando lluvia,
mi frente transparente se te asubia[4]
en el hombro de castos embelesos.

Toda eres tú clausura y abandono,
desecho de ignominia al pie del trono
e infanta fiera y virgen en el fango.

Abrázame, mi esclava reina etíope,
abrásame[5], mi Erato y mi Calíope,
tetigi tingitania que te tango[6].


[1] Neologismo que puede proceder de “mirlar”. R.A.E. Embalsamar cadáveres
[2] Obsérvese la aliteración de nasales, oclusivas  y vocales abiertas en el verso 2, o de oclusivas y vibrantes múltiples en el verso 3. Gubia”: R.A.E. Formón de mediacaña, delgado, que usan los carpinteros y otros artífices para labrar superficies curvas.

[3] El áspid aparecía frecuentemente en la poesía de los Siglos de Oro para aludir al sentimiento amoroso, ya que se pensaba que, como esta víbora, inyectaba un veneno mortal. Se trata de una metáfora tópica desde Petrarca.
[4]Asubia”: R.A.E. Cantabria. Guarecerse de la lluvia

[5] La paranomasia entre “Abrázame” y “abrásame” es un juego con el significante de las palabras, equivalente al de la jitanjáfora del verso final.

[6]  A partir del verbo  latino “tango- tangere”, que significa “tocar”, el poeta crea una serie de palabras inventadas que funcionan como colofón rítmico y burlesco del soneto, a la par que tratan de reproducir  la lengua latina propia de los protagonistas. En este caso, la aproximación a la lengua clásica es simplemente humorística, no nos encontramos ante un intento serio de aproximar al castellano al latín, como en Garcilaso de la Vega, Fray Luis de León o Don Luis de Góngora.   

GERARDO DIEGO

¿Para quién cantas tú, para quién canta
tu alma de luz, el lirio de tu cuello?
¿Para el fuego de Apolo o el cabello
en fuga huracanado de Atalanta?
Árboles, rocas, fieras, mueve, imanta,
bambolea y concentra tu destello
de oro, tu timbre que, si eriza el vello,
desde el orco hasta el cielo nos levanta.
Tu voz conduces, intervalas, bañas
en llanto. Se te rompe. Mas perdura
tu mano, Orfeo, que edifica y dice
-arrancando a la lira sus entrañas-
las sílabas de un nombre que inaugura,
crea toda la música: ¡Eurídice!

JOSÉ HIERRO

"Odiseo en Barcelona"

Si nunca hubiese vuelto.
¡Cuánto mejor si nunca hubiese vuelto!
Navegaban conmigo Nausicaas y Penélopes,
las llevaba tatuadas en mis brazos
para tener su rostro ante mis ojos
y no olvidarlas nunca.
Pero la piel se me ha arrugado
y las celestemente jóvenes
parecen ahora ancianas damas.
Si nunca hubiese vuelto.
Llegué con las orejas taponadas
para no ser esclavo del hechizo
del canto aquel que nunca llegué a oír.
Y hallé cipreses góticos,
piedras y seres que jamás soñé,
palabras diferentes,
y no estaban mis islas,
o acaso fueran sólo un sueño mío.
Si nunca hubiese vuelto. Pero he vuelto,
y aquí estoy otra vez, acariciando
este puñado de humo.

VÍCTOR BOTAS

"Teseo"

Si Teseo se llevó consigo a Ariadna
por el mar como vino (ya no sé
si la frase es de Sciascia o es del bueno
de Homero) solamente
por gratitud, no es raro
que la dejara así, echando un sueño,
en las rubias arenas de la isla de Naxos.
No es raro, no: Teseo
tenía que escapar de aquella cárcel
del agradecimiento- al amor, mes amis, no le es posible
vivir agradecido ni obligado
a piedad.
Claro que cabe
también que resultara
Ariadna una sabihonda de esas que
cualquiera aguanta (hipótesis
igualmente aceptable
y que de sobra explica el abandono).
Lo otro,
lo de liarse Ariadna con Dionisos (seamos
 realistas), yo me inclino
a pensas que fue sólo un mero asunto
de vengativos celos de mujer
despechada:
de chica
tan lista como Ariadna ( recordemos
el famoso hilo que a Teseo
sacó del laberinto), no imagino
que pudiera quedarse (y menos luego
de conocer al héroe) contenta
con un pobre borracho medio imbécil,
por muy dios que éste fuera.
(Hay que añadir
aquí otro dato muy a tener en cuenta: que Dionisos aún
no había conseguido ni siquiera
plaza como interino en el Olimpo).




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