domingo, 30 de enero de 2011

EJERCICIOS DE ORTOGRAFÍA 2 (SEGUNDO TRIMESTRE)

1. En los siguientes enunciados, sustituye el verbo dar por otros verbos sin que se repita ninguno:

La noticia me ha dado una profunda impresión.
Es una persona que no da confianza.
¿Te importa darme tu bolígrafo para que firme aquí?
Te voy a dar uno de mis libros favoritos.
Sus voces daban miedo.
La televisión no suele dar noticias culturales.
Le dieron una paliza.
El hijo les ha dado muchas alegrías.
Tengo que ir al banco a ver si me dan un crédito.
Ha dado una fiesta en su casa.

2. Escribe haber, a haber  o a ver, según corresponda, en los siguientes enunciados:

____________ adónde vais.
De ____________ sabido eso, me hubiera callado.
Va _____________ cómo lo arregla.
Va ____________ si quedan entradas.
¡_____________ qué dices!
Va ___________ que buscar otra solución.
Puede ____________ algún problema.
Vuelve __________________ lluvias esta semana.
Parece ___________________ otra oportunidad.
Mañana ___________________ otra oportunidad.

3. Enmienda las incorrecciones de las siguientes palabras: vagamundo, axfisia, tortículis, Grabiela, dentrífico, discursión, disgresión, enquencle, abuja, abujero, espabilarse.

4. Emplea las palabras polisémicas banco, nudo, ojo en cinco oraciones cada una.

5. Señala cuál de las formas entre paréntesis es la adecuada:

Quítate de (enmedio/ en medio)
(Enefecto/ En efecto), iré el viernes.
(Derrepente/ De repente), se echó a llorar.
Ponlo (encima/ en cima) de la mesa.
Es, (sinduda/sin duda), el de mayor calidad.
Esperaremos diez minutos por si (acaso/ a caso)
Hoy no doy (abasto/ a basto) con el trabajo.
Lo ha ofendido (adrede/ a drede)
Lleva (medianoche/ media noche) en vela.
Me gusta dar un paseo a (medianoche/ media noche)

LA POESÍA ROMÁNTICA ALEMANA

   La poesía romántica alemana había tenido un precedente en los autores del Sturm und Drang; también se vio impulsada por la revista “Atheneaum”, fundada por los hermanos Schlegel, en la cual se publicaron las teorías que August Schlegel había manifestado en sus cursos sobre Literatura y Arte en la Universidad de Berlín, según las cuales la poesía romántica debía retornar a la Edad Media para librarse de la influencia clásica.

A. FIEDRICH HÖLDERLIN


     Hölderlin (1770-1843) nació en Lauffen am Neckar y estudió Teología en la Universidad de Tübingen. Durante su etapa estudiantil, entabló amistad con Hegel, con quien compartía una gran admiración por la Revolución Francesa.
    Se estableció en Frankfurt, donde trabajó como preceptor en la casa del banquero Jacob Gontard, pero abandonó la ciudad en 1798. Empezó entonces un periodo de intensa creatividad durante el que compuso sus grandes elegías. Después de un viaje a pie por Francia, su esquizofrenia (enfermedad que se le había manifestado por primera vez en 1802) empeoró, y se hizo irreversible cuando conoció la muerte de Suzette. Hölderlin muere en 1843.
   Este poeta alemán no pertenece directamente ni al Clasicismo ni al Romanticismo, pero su pensamiento refleja elementos comunes a ambos: comparte con el Clasicismo su gusto por la belleza de la forma y la exaltación del mundo griego; es Romántico en su sentido místico de la naturaleza, así como por los elementos del panteón y las imágenes cristianas.
  Su poesía fue adquiriendo cada vez tonos más pesimistas: su poesía de juventud es de inspiración rousseaniana (la naturaleza es inocente y el mal del mundo es un producto perverso de la sociedad); posteriormente, Hölderlin llegó a la conclusión de que el mal también existe en la naturaleza y que el ser humano nace de la corrupción.

A.1. “El Archipiélago”

Hasta que, despertando de angustioso sueño, se levante
el alma de los hombres, juvenilmente alegre, y el hábito bendito del amor,
de nuevo, como muchas veces antes entre los hijos florecientes de la Hélade,
sople en una nueva época, y el espíritu de la naturaleza,
el que viene desde lejos, el dios, se nos aparezca entre nubes doradas
sobre nuestras frentes más libres, y permanezca en paz entre nosotros.
¡Ay! ¿no vienes todavía?, y aquéllos, los nacidos divinos,
continúan viviendo, ¡oh día!, solitarios en lo profundo
de la tierra, mientras una primavera, siempre viviente,
apunta sobre la cabeza de los mortales, sin que nadie la cante.
¡Pero no por más tiempo! Ya oigo a lo lejos el canto coral
del día de fiesta sobre la verde colina y el eco del bosquecillo,
donde se levanta el pecho de los adolescentes, donde se funde
sosegadamente el alma del pueblo en la más libre canción en honor del dios,
al que corresponde la altura, mas para quien los valles también son sagrados;
pues allá donde gozosa se apresura el agua con creciente juventud
entre las flores del campo, y donde maduran en llanuras soleadas
el noble trigo y los árboles frutales, se coronan contentos
para la fiesta los devotos; y sobre la colina de la ciudad resplandece,
igual que una vivienda humana, el pórtico celeste de la alegría.

Pues toda la vida se ha llenado de sentido divino,
y, perfeccionando todo, vuelves a aparecer, como entonces, por todas partes
ante tus hijos, ¡oh naturaleza!, y, como de montaña rica en manantiales,
fluyen de aquí y de allá bendiciones sobre el alma germinante del pueblo.


A.2. LA INFLUENCIA DE HÖLDERLIN EN LAS ODAS DE LUIS CERNUDA

a) En 1935, Luis Cernuda, en colaboración con Hans Gebser, publicó en la revista “Cruz y Raya” de José Bergamín unas traducciones de Hölderlin.

b) ODA


La tristeza sucumbe, nube impura,
alejando su vuelo con sombrío
resplandor indolente, languidece
perdiéndose a lo lejos, leve, oscura.
El furor implacable del estío
toda la vida espléndida estremece
y profunda la ofrece
con sus felices horas,
sus soles, sus auroras,
delirante, azulado torbellino.
Desde la luz, el más puro camino,
con el fulgor que pisa compitiendo
vivo, bello y divino,
un joven dios avanza sonriendo.

¿A qué cielo natal, ajeno, ausente
le niega esa inmortal presencia esquiva,
ese contorno tibiamente pleno?
De mármol animado quiere ,y siente;
inmóvil pero trémulo se aviva
al soplo de un purpúreo anhelar lleno.
El dibujo sereno
del desnudo tan puro
en un reflejo duro
copia la luz que mira su reposo.
Y levantando el bulto prodigioso
desde el sueño remoto donde yace,
Destino poderoso,
a la fuerza suprema firme nace.

Pero ¿es un dios? El ademán parece
romper de su actitud la pura calma
con un gesto de muda melodía
que luego suspendido no perece;
silencioso más vívido, con alma,
mantiene sucesiva su armonía
el dios que traslucía
ahora olvidado yace;
eco suyo renace
el hombre que ninguna nube cela.
la hermosura diáfana no vela
ya la atracción humana ante el sentido;
y su forma revela
un mundo eternamente presentido.

Qué prodigiosa forma palpitante,
cuerpo perfecto en el vigor primero,
en su plena belleza tan humano.
Alzando su contorno triunfante
sólido sí, mas ágil y ligero,
abre la vida inmensa ante su mano.
Todo el horror en vano
a esa firmeza entera
con sus sombras quisiera
derribar de tan fúlgida armonía.
Pero acero obstinado, sólo fía
en sí mismo ese orgullo tan altivo;
claramente se guía
con potencia admirable, libre y vivo.

Cuando la fuerza bella, la destreza
despliega en la amorosa empresa ingrata
el cuerpo; cuando trémulo suspira;
cuando en la sangre, oculta fortaleza,
el amor desbocado se desata,
el labio con afán ávido aspira
la gracia que respira
una forma indolente;
bajo su brazo siente
otro cuerpo de lánguida blancura
distendido, ofreciendo su ternura,
como cisne mortal entre el sombrío
verdor de la espesura,
que ama, canta y sucumbe en desvarío.


Mas los tristes cuidados amorosos
que tercamente la pasión reclama
de quien la vida entre sus manos deja,
el tierno lamentar, los enojosos
hastíos escondidos del que ama
y tantas lentas lágrimas de queja,
el azar firme aleja
de este cuerpo sereno;
a su vigor tan pleno
la libertad conviene solamente,
no el cuidado vehemente
de las terribles y fugaces glorias
que el amor más ardiente
halla en fin tras sus débiles victorias.

Así en su labio enamorada nace
un ala luminosa dilatando
por el viril semblante la alegría.
Y la antigua tristeza ya deshace,
desde el candor primero gravitando,
la amargura secreta que nutría.
El cuerpo sólo fía
en su bella destreza,
en su divina fuerza
que por los tensos músculos remueve.
Y a la orilla cercana, al agua leve,
la forma tras la extraña imagen salta;
relámpago de nieve
bajo la luz difusa de tan alta.

Sonriente, dormida bajo el cielo,
soñaba el agua mientras fluye lenta,
idéntica a sí misma y fugitiva.
Mas en tumulto alzándose, en revuelo
de rota espuma, al nadador ostenta
ingrávido en su fuga a la deriva.
Y la forma se aviva
con reflejos de plata;
ata el río y desata,
en transparente lazo mal seguro,
aquel rumbo veloz entre su oscuro
anhelar ya resuelto en diamante.
La luz, esplendor puro,
cálida envuelve al cuerpo como amante,

Un frescor sosegado se levanta
hacia las hojas desde el verde río
y en invisible vuelo se diluye.
La sombra misteriosa ya suplanta
entre el boscaje ávido y sombrío
a la luz tan diáfana que huye.
Y la corriente fluye
con un rumor sereno;
todo el cielo está lleno
del trinar que algún pájaro desvela.
El bello cuerpo en pie, desnudo cela,
bajo la rama espesa, entretejida
como difícil tela,
su cegadora nieve estremecida.

Oh nuevo dios. Su deslumbrante brío
el crepúsculo vuelve vagoroso
en perezosa gracia seductora.
Todo el fúlgido encanto del estío
el fatigado bosque rumoroso
con reposo vacío lo evapora.
Vana y feliz la hora
al sopor indolente
se abandona; no siente
la silenciosa y lánguida hermosura.
por la centelleante trama oscura
huye el cuerpo feliz casi en un vuelo,
dejando la espesura
por la delicia púrpura del cielo.

B. NOVALIS


 
   Novalis (1772-1801), nacido en el seno de una familia noble de Sajonia, recibió una educación pietista. Estudió Derecho en Jena, donde asistió a los cursos de Historia impartidos por Schiller y conoció a Fitche, cuya filosofía idealista gravita sobre toda su obra. Después de trasladarse a Leipzig en 1791,  conoció a los hermanos Schlegel, con los que colaboró en la revista “Athenaeum”. Un año más tarde, se trasladó a Wittenberg para ejercer la jurisprudencia. La muerte de su prometida, Sophie von Kühn, en 1797 a causa de la tuberculosis lo afectó profundamente. En 1799 ocupó el cargo de administrador de minas en Weissenfels, poco antes de su prematura muerte.

  La obra de Novalis es a la vez literaria, poética y filosófica. Novalis, que publicó muy poco en vida, es autor de miles de notas teóricas en las que combina ciencia, poesía, religión, política y filosofía. La mayoría de estas notas se recogen en El borrador general”. Se caracterizan estas notas por un espíritu enciclopédico, propio del primer Romanticismo y presente también en Fiedrich Schlegel, quien proyectaba una enciclopedia literaria. Novalis imaginó en “El borrador general” una forma específica de saber total, en el que el arte y, sobre todo, la poesía son la clave de todo. En el corazón de su reflexión se encuentra la búsqueda de un idealismo mágico que combina potencia espiritual y creación literaria. Este idealismo tiene como finalidad sintetizar diferentes formas (como sujeto y objeto) y, al mismo tiempo, producir, gracias a la imaginación creadora, una armonía global que Novalis denomina la edad de oro.
   Los textos poéticos de Novalis son, en verso: “Himnos a la nochey “Cantos espirituales”; en prosa, “Los discípulos en Sais”. Su obra maestra en prosa es “Enrique de Ofterdingen”, ambientada en un universo medieval mítico, y que publicó póstumamente su amigo Ludwick Tieck.

B.2. “Himnos a la noche”
Avanza horrible espectro hacia los convidados
y llena su alma toda de un gran terror secreto
hasta los mismos dioses se sienten conturbados
ni a llevar calma aciertan al corazón inquieto.
Era misteriosa de esta visión la senda;
no aplacaba su rabia ni súplica ni ofrenda.
¿Sabéis qué era? La Muerte, que esa deshecha orgía
con dolor y con lágrimas y miedo interrumpía.
Forzado a separarse, al fin, eternamente
de lo que el alma mece en el más dulce encanto,
de todo lo que inspira, con un amor ferviente,
anhelo infatigable e inextinguible llanto
al mortal parecía tan sólo reservado
un sueño mortecino, luchar desesperado.
Del placer, estrellada ya estaba la ola loca
del hastío infinito en la funesta roca.
Embelleció al espectro queriendo hacerle inerme
la osada fantasía que hasta lo ignoto escarpa;
un dulce adolescente la luz apaga, y duerme;
será el fin apacible como el germir de un arpa.
dilúyese el recuerdo de sombras en raudales:
el canto del destino, tal fue, de los mortales.
Más de la eterna muerte quedó el misterio arcano.
Oh, ¡Muerte! ¡Oh, grave signo de un gran poder lejano!
[...]
Oh, ved, ya está la losa alzada,
abierta está la sepultura:
la humanidad resucitada,
contigo siéntese hermanada,
libre de toda ligadura.
Todo pesar se desvanece
ante tu copa, que convida,
cuando la tierra desaparece
en la suprema despedida.
La muerte, a bodas ya nos llama;
están las vírgenes dispuestas;
clara es la lumbre que derrama
dentro sus lámparas la llama;
no falta aceite en nuestras fiestas.
De tu cortejo el sacro coro
llene el profundo firmamento
llámennos ya los astros de oro
con dulce voz y humano acento.
A tí levántanse, oh, María,
millares ya de corazones;
desde la hondura de esta fría
tierra, tan lóbrega y sombría,
te claman: »¡No nos abandones!«
¡Ah! su plegaria no deseches;
sanar confían de sus males
cuando, amorosa, les estreches
cntre tus brazos maternales.
¡Cuántos de ardor ya consumidos,
vencidos ya por cruel tortura,
de nuestro mundo desasidos
volaron ya y contigo unidos
gozando están de tu ventura!;
si en horas trágicas nos vimos,
bajaron para confortarnos.
Hoy hacia ellos ya subimos
al lado suyo a eternizarnos.
Ante ninguna sepultura
solloza ya quien ama y cree;
ya del amor la herencia pura
de fuerza y hurto está segura.
¡Dichoso aquel que la posee!
Viene la noche y, en su brillo,
se refrigera su hondo anhelo;
su corazón es un castillo
que guardan ángeles del cielo.
Nuestra terrena vida asciende
hacia la vida sempiterna.
El alma ya más claro entiende
pues ya la abrasa, ya la enciende
una amorosa llama interna,
los astros son racimo ingente
que, a chorros, da vino de vida;
en un lucero refulgente
será cada alma convertida.
Ah, dadivoso, amor invita
a todos; no hay de hoy más ausencia.
En plenitud toda se agita,
cual mar sin playas, infinita,
del universo la existencia.
¡Eterna noche de delicia!
¡Canto sin fin! ¡Eterno poema!
El sol que a todos acaricia
es, oh, gran Dios, tu faz suprema.

TEXTOS DE GOETHE

A. "LOS SUFRIMIENTOS DEL JOVEN WERTHER"
 

12 de mayo
  No sé si por estos lugares se pasean hechiceros espíritus o si un delirio del cielo llena mi pecho, porque todo lo que me rodea me parece un paraíso. A la entrada de la ciudad hay una fuente… una fuente a la que me encuentro adherido, como por encanto, igual que Melusina y sus hermanas. A la falda de una pequeña colina, se puede ver una bóveda; se bajan 20 escalones y se ve saltar el agua más pura y transparente de los peñascos de mármol. La pequeña pared que forma su recinto, los árboles, que techan con su sombra la frescura del lugar, todo esto tiene un no sé qué atractivo y desconsolador al mismo tiempo; y no pasa un día que deje de descansar ahí una hora. Las mozas vienen a buscar agua; ocupación inocente y pacífica, que no desdeñaban en otros tiempos las hijas de los reyes. Cuando ahí estoy sentado recuerdo una vida patriarcal; rememoro que nuestros antepasados a la vera de la fuente creaban sus relaciones; que ahí era adonde iban a hablarles de amor; que alrededor de las claras fuentes revoloteaban y jugueteaban incesantes mil genios bienhechores.
  ¡Oh! Si hay alguien incapaz de sentir aquí lo que yo siento, es que no ha probado el placer de la suave frescura de una fuente, después de una larga jornada por un camino árido y vacío, bajo los ardientes rayos de un sol que quema.

15 de mayo
  Las buenas gentes de la localidad me van conociendo y me quieren, sobre todo los niños. Al principio, cuando me acercaba a ellos y les hacía algunas preguntas con cariño, imaginaban que quería burlarme y me contestaban con brusquedad, casi brutalmente.
  No me enojaba por eso, pero no dejé de sentir vivamente la verdad de una observación que antes había hecho: que ciertas personas de alta sociedad se apartaban de sus inferiores, como si el acercarse a ellos o dejar que se les acercaran debiera robarles la dignidad; y algunos casquivanos o majaderos se divierten y complacen en fingir familiaridad con el vulgo para hacerle sentir después su desprecio de manera asertiva.
  Sé que no todos somos iguales ni podemos serlo; pero sostengo que quien se crea obligado a alejarse de lo que se llama el pueblo para mantenerlo respetado, no vale más que el cobarde que se oculta del enemigo, por miedo a que se le venza. Al venir uno de estos días a la fuente, encontré ahí a una jovencita que, luego de haber llenado su cántaro, lo había puesto en la escalera y veía hacia todos lados para ver si encontraba a alguna compañera que le ayudara a subirlo a su cabeza. Bajé las escaleras y le dije a los ojos.
-¿Quiere ayuda, señorita?
   Se puso más encarnada que la grana y sólo atinó a decir:
-¡Oh, señor…!
-¡Vamos, vamos dejémonos de cumplidos! -repliqué.
  La chica arregló su rodete sobre la cabeza, le puse el recipiente y muy agradecida subió las escaleras de la fuente.

B. "FAUSTO"



 En la primera escena vemos a Fausto, un sabio, expresar su voluntad y su frustración:
FAUSTO.–Ahora ya, ¡ay!, he estudiado a fondo filosofía, leyes, medicina y por desgracia también teología, con ardoroso esfuerzo. Y ahora me encuentro, ¡pobre de mí!, tan sabio como antes. Me llaman maestro y hasta doctor, y diez años llevo ya zamarreando a mis discípulos, cogidos de la nariz, arriba, abajo, a este lado y al otro…, y veo que no podemos saber nada. Lo cual me achicharra la sangre. Cierto que soy más discreto que todos esos jactanciosos doctores, maestros, escribanos y clérigos; no me quitan el sueño escrúpulos ni dudas y no le tengo miedo ni al infierno ni al diablo…; pero, en cambio, también ha huido de mí toda alegría, no me imagino saber nada a derechas, no me hago la ilusión de poder enseñar nada, ni de mejorar ni convertir a los hombres. Tampoco tengo bienes, ni dinero, ni honor y lustre mundanos; un perro no habría podido aguantar tanto esta vida. Por eso me he consagrado a la magia, a ver si por la fuerza y el verbo del espíritu se me puede revelar más de un misterio, a fin de no tener más necesidad de decir, sudando la gota gorda, aquello que no sé; de reconocer lo que el mundo encierra en su más íntimo meollo, contemplar toda la fuerza operante y las simientes y no seguir atascado en palabras.
Mefistófeles convence a Fausto de que su diabólico poder le puede proporcionar la plenitud vital que está buscando, siempre y cuando pueda disponer de su espíritu tras su muerte. Fausto acepta:
FAUSTO.–¡Te brindo la apuesta!
MEFISTÓFELES.–¡Acepto!
FAUSTO.–¡Venga esa mano! ¡Diréle al momento: aguarda! ¡Eres tan bello! ¡Luego podrás tú cargarme de cadenas y yo me iré gustoso a pique! ¡Cuando doblen por mí las campanas, quedarás libre de tu servidumbre; cuando el reloj se pare y caiga el minutero, se habrá acabado el tiempo para mí!
MEFISTÓFELES.–Piénsalo bien, que no hemos de olvidarlo.
FAUSTO.–En todo tu derecho estarás, que yo no me he pasado de ligero. Tal como me encuentro, esclavo soy, es decir, tuyo o de quien fuere.
MEFISTÓFELES.–Desde hoy mismo serviré como criado a la mesa del doctor. ¡Pero solo una cosa!… Por si vive o muere, os ruego un par de líneas.
FAUSTO.–¿También exiges un escrito, so pedante? ¿Es que no has conocido a ningún hombre ni de palabra de hombre sabes? ¿No es bastante que mi palabra explícita haya de ir unida a mis días eternamente? […] ¿Qué quieres tú de mí, espíritu malo? ¿Bronce, mármol, pergamino, papel? ¿Quieres que escriba con cincel, escoplo o pluma? A tu elección lo dejo.
MEFISTÓFELES.–¿Cómo puedes exagerar con tanto calor tu locuacidad? Para el caso, cualquier hojilla es buena. La firmarás con una gotita de sangre.
FAUSTO.–Si eso te satisface plenamente, sea por la payasada.
MEFISTÓFELES.–Es la sangre un jugo muy particular.
Tras visitar la cocina de una bruja, que prepara un elixir para que Fausto pueda rejuvenecer y conocer el amor, Fausto se encuentra a Margarita en la calle, de la que se queda prendado, y pide ayuda a Mefistófeles para conseguir su amor:
FAUSTO.–Mi linda señorita, ¿podría yo atreverme a ofreceros mi brazo y mi compañía?
MARGARITA.–Ni soy señorita ni linda; puedo ir a casa sin escolta. (Se aparta y vase.)
FAUSTO.–¡Por el cielo, que es hermosa esa chica! ¡Jamás vi nada que se le pareciera! ¡Es tan decente y virtuosa y al mismo tiempo tiene algo de pizpireta! ¡La grana de sus labios, la luz de sus mejillas no las olvidaré en tanto dure el mundo! ¡Al bajar los ojos quedóseme profundamente grabada en el corazón, y el que sea tan reservada viene a colmar su hechizo! (A Mefistófeles, que llega.) Oye: tienes que proporcionarme a esa muchacha.
MEFISTÓFELES.–¿Cuál?
FAUSTO.–La que acaba de pasar por aquí.
MEFISTÓFELES.–¿Esa? Pero si venía ahora del confesor, que la absolvió de todos sus pecados, que yo me escurrí detrás del confesionario. Es una chica la mar de inocente, que ni necesidad tendría de confesarse; sobre ella no tengo yo ningún poder.
FAUSTO.–Sin embargo, ya pasa de los catorce. […]
MEFISTÓFELES.–Ahora, bromas y cuchufletas aparte. Os digo que con esa chica no se puede ir deprisa. Por la tremenda no se consigue ahí nada; hemos de valernos de la astucia.
FAUSTO.–¡Tráeme algo de ese tesoro angelical! ¡Llévame junto a su lecho! ¡Proporcióname una cinta de las que le ciñen el busto, una media de mi adorada!
MEFISTÓFELES.–Para que veáis que me intereso por vuestras cuitas y quiero serviros, no perderemos un instante y hoy mismo os introduciré en su aposento.
  

EL PRERROMANTICISMO. STURM UND DRANG

Las primeras manifestaciones del Romanticismo europeo tuvieron lugar a principios del siglo XIX, aunque la crítica coincide en ver un precedente en el movimiento alemán Sturm und Drang. Se designa con este nombre a una corriente a la vez política y literaria del la segunda mitad del siglo XVIII, nacida como respuesta al racionalismo ilustrado. El Sturm und Drang destacaba la superioridad de los sentimientos y exaltaba las emociones, prefiriendo la pasión a la razón; como movimiento contestatario propio de escritores jóvenes, se rebelaba contra las autoridades alemanas y los príncipes que dirigían el país. Veía en la Revolución Francesa un modelo a seguir y consideraba la libertad y los derechos humanos como valores esenciales. Buscaba la emancipación del individuo y rechazaba la vida profesional burguesa, así como sus valores morales. Inspirándose en Jacques Rousseau, mostró un gran interés por la naturaleza, el marco que permitía al individuo reencontrarse, despertar sus sentidos y expresar sus sentimientos con mayor libertad. 

A. JOHANN CHRISTOPH FIEDRICH VON SCHILLER



   Schiller (1759-1805) nació en Marbach amb Neckar (Alemania). Estudió en una escuela militar y llegó a ser médico como su padre, cargo que abandonó al ser arrestado por haber asistido al estreno de su primera obra teatral, “Los bandidos”. Enfermo y perseguido por razones políticas, llevó una vida errática y miserable: se estableció en Jena, donde conoció a Goethe; este le consiguió una plaza de profesor de Historia sin sueldo en la Universidad. En 1799 se trasladó a Weimar, donde murió en 1805.
 
Teatroà Schiller creó el teatro nacional alemán moderno. Es autor de “Los bandidos”, “Cábala y amor”, “Don Carlos”, la trilogía “Wallenstein”, “María Estuardo”, “La doncella de Orleans” y “Guillermo Tell”.  Solo las primeras piezas de Schiller pueden considerarse prerrománticas, ya que más tarde su teatro evolucionó hacia el Neoclasicismo.
  Las obras de Von Schiller presentan conflictos del alma que, al seguir los impulsos más nobles, entran en discordia con el universo. Tiene tendencia a los efectos escénicos, que a veces lo acercan a la ópera, y utiliza un estilo retórico; muchas de sus obras recurren a una ambientación histórica, si bien la realidad no queda plasmada de forma fidedigna, sino que está al servicio de las ideas revolucionarias y subversivas que defiende.

B. JOHANN WOLFGANG GOETHE
    
   Goethe (1749-1832) es un autor difícil de clasificar: no se puede etiquetar como neoclásico ni como romántico, ya que en realidad representó todas las corrientes y no quiso estar adscrito a ninguna.
    Nació en 1749 en Frankfurt am Main, en una familia burguesa que poseía una gran biblioteca. En 1765 se fue a Leizpig a estudiar Derecho, pero enfermó y regresó a Frankfurt, donde mantuvo un reposo de 2 años. En 1770 se trasladó a Estrasburgo, continuó sus estudios de Derecho y los amplió con asignaturas de Medicina e Historia. En 1775 se marchó a Weimar y allí dedicó 10 años a participar en la vida pública y científica. Más tarde, en 1789, se estableció en Roma,  donde inició una estapa de madurez estéticamente neoclásica. Murió en 1832.

   La etapa prerromántica de Goethe está representada, sobre todo, por “Los sufrimientos del joven Werther”, una novela publicada en 1774 con la que alcanzó una enorme popularidad. Sin embargo, su gran obra es el “Fausto”, tragedia publicada en dos partes (1808 y 1832, respectivamente).

b.1. “Los sufrimientos del joven Werther”à La  mayor parte de la acción está contada en forma de cartas que el joven Werther escribe a su amigo Wilhelm. El protagonista es un joven que no sabe qué hacer con su existencia y que se marcha a la ciudad de W para huir del mundo burgués. Allí se pasea por la naturaleza para dibujarla, ya que se considera artista. Un día es invitado a un baile, donde conoce a una joven llamada Charlotte (Lotte), hija de un personaje distinguido. La muchacha, desde la muerte de su madre cuida de sus hermanos. Werther sabe que Charlotte está comprometida con Albert, pero eso no le impide enamorarse inmediatamente de ella. Finalmente, Werther acaba con su vida (el impacto de este libro se manifestó socialmente en una oleada de suicidios).

b.2. “Faustoà  Fausto en un hombre mayor y de conocimientos enciclopédicos que pacta con el diablo Mefistófeles para alcanzar la eterna juventud a cambio de entregarle su alma. Seduce así a la bella Margarita, quien acaba muriendo a causa de la propia actuación de Fausto. Después de un largo paseo por la Grecia clásica: allí tiene relaciones con Helena y muere al caer en un foso que le ha puesto Mefistófeles. Su alma es conducida, no obstante, al cielo, puesto que al final se ha esforzado por hacer el bien. Esta obra plantea algunas cuestiones de gran profundidad filosófica, como la juventud eterna, la libertad, la salvación a través del eterno femenino, las relaciones entre el bien y el mal o los límites de la naturaleza humana.


   Goethe también escribió poesía (“Elegías romanas”, “Hermann y Dorotea”, “Diván de Oriente y Occidente”); novela  (“Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister”, “Las afinidades electivas”) y teatro (“Ifigenia en Táride”,”Nausica”, “Torcuato Tasso”).

domingo, 23 de enero de 2011

CONCURSOS LITERARIOS

Bases del Certamen de Ensayo Julio Caro Baroja


II CONCURSO DE ENSAYO JULIO CARO BAROJA

El IES Julio Caro Baroja de Fuenlabrada (Madrid), en colaboración con la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Fuenlabrada, las editoriales Bruño y Vicens-Vives, convoca el II Concurso de Ensayo Julio Caro Baroja, con el objetivo de fomentar la creatividad y la originalidad de pensamiento entre los alumnos de Secundaria y Bachillerato de la Comunidad de Madrid. El concurso se regirá por las siguientes bases:

1.- Podrán participar todos los alumnos y alumnas de los Centros educativos de la Comunidad de Madrid que estén matriculados, durante el curso 2010/11 en cualesquiera de los cursos de Educación Secundaria o Bachillerato.       

2.- El tema es libre y su extensión no sobrepasará los diez folios, a doble espacio. Los trabajos se presentarán en formato Word.

3.- Se establecen un  primer premio de 500 euros y un segundo de 300 euros, otorgados por un Jurado compuesto por cinco representantes del IES Julio Caro Baroja, el Ayuntamiento de Fuenlabrada y la Editorial Bruño.
4.- La admisión de originales finalizará el 14 de marzo de 2011. El fallo del jurado se hará público, a través de la página web de las entidades convocantes, el 7 de abril de 2011.

5.- Los participantes enviarán el trabajo firmado con un seudónimo, acompañándole un sobre cerrado en cuyo exterior aparezcan el título y el seudónimo y en su interior los siguientes datos personales: nombre y apellidos, dirección, teléfono, correo electrónico, edad, curso y centro donde cursa sus estudios.

6.- Los trabajos, que no pueden haber sido premiados ni estar pendientes del fallo de otro concurso, serán enviados al IES Julio Caro Baroja, calle Habana, 2, 28945 Fuenlabrada, debiendo consignarse en el sobre, en la parte inferior, I Concurso de Ensayo Julio Caro Baroja. 

7.- El premio será concedido en un acto público que se celebrará en el Salón de Actos del IES Julio Caro Baroja el 29 de abril de 2011, al que debe acudir el ganador o ganadora del concurso.


XXIII CONCURSO INTERNACIONAL MARI PURI EXPRESS
 

EJERCICIOS DE ORTOGRAFÍA 1 (SEGUNDO TRIMESTRE)

1. Coloca tilde en las palabras que lo exijan de los siguientes enunciados:

Su tio Llorens vivia en Salou.
No entiendo por que os preocupais tanto de vuestra imagen.
¡Que me rompes el jersey!
Di de una vez adonde ibais cuando os vi a ti y a el.
Ni su inteligencia ni su caracter se adecuan al cargo que ocupa.
Tiene quince o dieciseis años.
¿Cuando llegaste habia mucha gente?

2. En los siguientes enunciados, sustituye el verbo "decir" por otros verbos sin que se repita ninguno:

Dime el significado de "núbil"
En la despedida, se limitó a decir unas frases de agradecimiento.
No quiso decir el secreto.
Se ha quedado sin poder decir sonido alguno.
En el juicio dijo que no lo conocía.
Me ha dicho que no necesita mi ayuda.
Te voy a decir una historia...
Dijo pormenorizadamente todo lo que había hecho.
¿A que no sabes decir un poema?
¿Sabes decir eso en inglés?

3. Señala cuál de las formas que aparecen es la adecuada:

Tu éxito ha sido fruto del (azahar/azar)
Luego te (enebro/enhebro) la aguja.
Este toro tiene rota un (hasta/asta)
Vaya un (hatajo/atajo) de pillos que estáis hechos.
¡(Hala/ Ala), vamos!
Sólo me ha dado tiempo a (ojear/hojear) el libro.
Voy a (ojear/hojear) cómo anda la gente ahí fuera.
La muerte de su padre le causó un (acervo/ acerbo) dolor.
Olivares fue el (valido/balido) de Felipe IV.
El (vacilo/bacilo) de Koch es el causante de la tuberculosis.

4.  Señala qué oraciones son incorrectas:

Me he olvidado que hoy era su cumpleaños.
Confío de que sea verdad.
Confío que sea verdad.
Pienso de que es verdad.
Recuerdo de que fue él.

PINTURA DEL SIGLO XIX (ROMANTICISMO)





EL MOVIMIENTO ROMÁNTICO

  Las consecuencias de la Revolución Francesa se dejaron sentir durante todo el siglo XIX: el que se hubieran podido cambiar en Francia las bases sociales y políticas del Antiguo Régimen puso sobre aviso a los estamentos privilegiados de los demás países, que adoptaron una actitud defensiva ante cualquier intento de oponerse a su posición dominante. Esta situación marca los avatares políticos de la primera mitad del siglo XIX, en la que se suceden los enfrentamientos políticos entre los partidarios del Antiguo Régimen, que se resiste a desaparecer, y los defensores de un liberalismo que pretende cambiar las viejas estructuras sociales, pero que pronto se ve sobrepasado por los incipientes movimientos obreros.
   En Francia, las contradicciones dentro del proceso revolucionario llevaron al poder a Napoleón Bonaparte, quien, fruto de sus conquistas militares, llegó a formar un imperio que se extendió por gran parte de Europa. Sin embargo, la gran potencia económica de la época era Inglaterra, único lugar donde se había producido una verdadera revolución industrial. En Europa Central, Austria seguían siendo la gran potencia, pero entre los disgregados estados alemanes e italianos fue extendiéndose la idea de la unificación, impulsada por los liberales. Entre tanto, Rusia vivía todavía en condiciones semifeudales, y los Estados Unidos prosiguieron su expansión territorial y demográfica.
   En España, los numerosos errores diplomáticos de Godoy y las rivalidades entre Carlos IV y su hijo Fernando VII conducen a la invasión francesa de 1808: comienza la Guerra de la Independencia. La llegada de los franceses, que colocan en el trono a José I, provoca la división entre los españoles. Las Cortes de Cádiz aprobaron la Constitución de 1812, de signo inequívocamente liberal, pero el nuevo rey Fernando VII, a su llegada en 1814, hace caso omiso de la Constitución y comienza un periodo de gobierno absolutista. Tras su muerte en 1833, se produce una guerra civil entre los absolutistas o carlistas, que se muestran partidarios de que la sucesión al trono recaiga en Carlos, hermano de Fernando VII, y los liberales, que apoyan a la hija del rey, la futura Isabel II. Vencen los “isabelinos”, pero, dada la minoría de edad de la princesa, ejerce de regente su madre, María Cristina, hasta 1840. En este periodo se dan los primeros pasos hacia la instauración de un régimen liberal: la medida más importante es la desamortización de los bienes eclesiásticos impulsada por el ministro Mendizábal.  
   La primera mitad del siglo XIX en Europa se cierra con nuevas e importantes convulsiones: las revoluciones de 1848. Muy significativa es la participación de las masas obreras en estas revueltas: es justamente en este clima social y en este año cuando Kart Marx y Friedrich Engels publican el Manifiesto Comunista”. Pero las reivindicaciones obreras no son atendidas y se produce una honda fractura entre el liberalismo burgués y los movimientos obreros.

EL ROMANTICISMO

   Se conoce con el término Romanticismo el movimiento cultural que se opone a los principios característicos de la Ilustración y que es el resultado de la profunda crisis social e ideológica de un mundo en acelerado cambio. La crisis de los seguros valores tradicionales, la despersonalización del individuo dentro de la nueva sociedad industrial, el auge del materialismo y la tecnificación conducen a dos actitudes opuestas: el rechazo de la nueva sociedad (sea añorando un pasado perdido, sea forjando mundos ideales) o la reivindicación de un progreso más acentuado que permita configurar una nueva sociedad en la que tengan cabida la fantasía, la espiritualidad, la libertad y la justicia.
    Los orígenes del Romanticismo hay que buscarlos en el siglo XVIII, sobre todo en la filosofía y la cultura alemanas. Se produce allí un movimiento llamado Sturm und Drang, que propugna la creación literaria al margen de las reglas clásicas y revaloriza la expresión artística de los sentimientos y de las vivencias. Esta sensibilidad prerromántica se manifiesta bien pronto en Inglaterra y, con mayor o menor intensidad, se extiende por toda Europa. Las peculiares circunstancias históricas y políticas que atraviesa España durante la primera mitad del siglo XIX son las que explican el tardío desarrollo que el movimiento romántico tiene en la literatura española.
 
    Rasgos característicos del Romanticismo son los siguientes:

1. Irracionalismo: se niega que la razón explique por completo la realidad. El mundo es, en su esencia, un misterio; ya no hay certezas absolutas y no sirven las respuestas tradicionales a los interrogantes que la realidad ofrece.
2. Subjetivismo: si la razón tiene sus límites, son necesarias otras formas de conocimiento, que para los románticos son la intuición, la imaginación y el instinto.
3. Idealismo: el romántico siente predilección por lo absoluto, por lo ideal. El choque entre sus anhelos y la realidad prosaica produce en el artista romántico un hondo desengaño y un hastío vital que lo llevan a rebelarse contra las normas morales, sociales, políticas y religiosas.
4. Individualismo: el artista romántico tiene una conciencia aguda y dolorosa de la propia personalidad, de ser distinto a los demás, y afirma constantemente ese yo frente a todo lo que le rodea. Es un genio dedicado por entero a la creación: la obra de arte es el resultado de un momento de inspiración que refleja la valía de su autor.
5. Evasión: el romántico puede optar por huir de la realidad inmediata recreando épocas pretéritas, como la Edad Media, o lugares lejanos o exóticos, como Oriente, América…También puede escapar refugiándose en sí mismo, lo que justifica la preferencia por lugares solitarios, como castillos, cementerios, jardines, etc. Una forma extrema de evasión es el suicidio.
6. Naturaleza dinámica: el artista romántico representa la Naturaleza en forma dramática, en movimiento y con preferencia por la ambientación nocturna. La naturaleza se identifica con los estados de ánimo del creador.
7. Nacionalismo: se forja el concepto de pueblo como entidad a la que pertenecen individuos que comparten una serie de rasgos comunes: lengua, costumbres, folclore, leyes…De ahí el interés por conocer lo que tiene de particular el espíritu de cada nación.

TEXTOS: "ROBINSON CRUSOE" Y "LOS VIAJES DE GULLIVER"

1. "ROBINSON CRUSOE" DE DANIEL DEFOE

    "El buque encalló profundamente en las arenas, de manera que solo nos quedaba tratar de salvar la vida de cualquier manera... Once embarcamos en un bote... Una ola gigantesca cayó sobre el bote con tal violencia, que se dio vuelta en un instante... Nadé hacia adelante con todas mis fuerzas... Fui el único que consiguió pisar tierra, empapado, sin ropa para cambiarme y nada que comer y beber; sólo tenía un cuchillo, una pipa y un poco de tabaco en una cajita...Todo lo que se me ocurrió fue treparme a un frondoso árbol, y allí me propuse estarme la noche entera y decidir, a la mañana siguiente, cuál sería mi muerte.
  Anduve primero en busca de agua dulce. Después de beber y mascar tabaco trepé a mi árbol, tratando de hallar una posición de la cual no me cayera si el sueño me vencía. Había cortado un sólido garrote para defenderme.
  Al otro día no había huellas del temporal. La marea había zafado al barco y lo había traído hacia las rocas...Poco después de mediodía, el mar se puso como un espejo y la marea bajó tanto que pude acercarme a un cuarto de milla del barco (ya entonces sentía renovarse mi desesperación al comprender que si nos hubiésemos quedado a bordo, estaríamos a salvo y en tierra)... Nadé hasta el barco.
  Las provisiones de a bordo no habían sufrido absolutamente nada; pude satisfacer mi gran apetito, llenándome además los bolsillos de galleta. Bebí un buen trago de ron para fortalecerme ante la tarea que me esperaba...[...] Se presentaba el problema de elegir lo indispensable y al mismo tiempo preservarlo de los golpes del mar [...].
  Mi próxima tarea fue la de reconocer el lugar, en busca de un sitio adecuado para instalarme y almacenar mis efectos con toda seguridad... En la isla había aves; me pregunté si su carne sería o no comestible.
  Se me ocurrió que aún podría sacar muchas cosas útiles del barco, y me decidí a hacer otro viaje a bordo... Hallé 2 o 3 cajas de clavos y tornillos, un gran barreno, 1 o 2 docenas de hachuelas, y lo más precioso de todo, una piedra de afilar... Seguí yendo diariamente al barco, aprovechando la marea baja... Lo que más me alegró en aquellos viajes es que después de estar 5 o 6 veces, y cuando ya no esperaba encontrar nada que valiera la pena mover de su sitio, seguía descubriendo cosas que me servían... En la cabina del capitán hallé una caja con 36 libras esterlinas en monedas europeas, brasileñas y algunas piezas de oro y plata. Sonreí a la vista de aquel dinero. "¿Para qué me sirves?", exclamé... Pero luego lo pensé mejor y tomé el dinero.
  Mis pensamientos estaban ahora consagrados a encontrar los medios de asegurarme contra los salvajes y las bestias que pudiera haber en la isla... Calculé aquello que necesitaba en forma indispensable: en primer lugar agua dulce y aire saludable; luego abrigo y seguridad; finalmente, que si Dios me enviaba algún barco por las cercanías, no perdiera yo esa oportunidad de salvarme.
  En el barco encontré plumas, tinta y papel, e hice lo indecible por economizarlos; mientras duró la tinta pude llevar una crónica muy exacta, pero cuando se terminó me hallé imposibilitado de continuarla, ya que no pude hacer tinta a pesar de todo lo que probé. Esto vino a demostrarme que necesitaba muchas cosas fuera de las que había acumulado. Habiendo conseguido acostumbrar un poco mi espíritu a su actual condición y abandonando la costumbre de mirar al mar por si divisaba algún navío, me apliqué desde entonces a organizar mi vida y a hacerla lo más confortable posible... Fabriqué una mesa y una silla.
"

2. "LOS VIAJES DE GULLIVER" DE J. SWIFT

   "No sería oportuno, por varias razones, molestar al lector con los detalles de nuestras aventuras en aquellas aguas. Baste decirle que en la travesía a las Indias Orientales fuimos arrojados por una violenta tempestad al noroeste de la tierra de Van Diemen. Según observaciones, nos encontrábamos a treinta grados, dos minutos de latitud Sur. De nuestra tripulación murieron doce hombres, a causa del trabajo excesivo y la mala alimentación, y el resto se encontraba en situación deplorable. El 15 de noviembre, que es el principio del verano en aquellas regiones, los marineros columbraron entre la espesa niebla que reinaba una roca a obra de medio cable de distancia del barco; pero el viento era tan fuerte, que no pudimos evitar que nos arrastrase y estrellase contra ella al momento. Seis tripulantes, yo entre ellos, que habíamos lanzado el bote a la mar, maniobramos para apartarnos del barco y de la roca. Remamos, según mi cálculo, unas tres leguas, hasta que nos fue imposible seguir, exhaustos como estábamos ya por el esfuerzo sostenido mientras estuvimos en el barco. Así, que nos entregamos a merced de las olas, y al cabo de una media hora una violenta ráfaga del Norte volcó la barca. Lo que fuera de mis compañeros del bote, como de aquellos que se salvasen en la roca o de los que quedaran en el buque, nada puedo decir; pero supongo que perecerían todos. En cuanto a mí, nadé a la ventura, empujado por viento y marea. A menudo alargaba las piernas hacia abajo, sin encontrar fondo; pero cuando estaba casi agotado y me era imposible luchar más, hice pie. Por entonces la tormenta había amainado mucho.
    El declive era tan pequeño, que anduve cerca de una milla para llegar a la playa, lo que conseguí, según mi cuenta, a eso de las ocho de la noche. Avancé después tierra adentro cerca de media milla, sin descubrir señal alguna de casas ni habitantes; caso de haberlos, yo estaba en tan miserable condición que no podía advertirlo. Me encontraba cansado en extremo, y con esto, más lo caluroso del tiempo y la media pinta de aguardiente que me había bebido al abandonar el barco, sentí que me ganaba el sueño. Me tendí en la hierba, que era muy corta y suave, y dormí más profundamente que recordaba haber dormido en mi vida, y durante unas nueve horas, según pude ver, pues al despertarme amanecía. Intenté levantarme, pero no pude moverme; me había echado de espaldas y me encontraba los brazos y las piernas fuertemente amarrados a ambos lados del terreno, y mi cabello, largo y fuerte, atado del mismo modo. Asimismo, sentía varias delgadas ligaduras que me cruzaban el cuerpo desde debajo de los brazos hasta los muslos. Soló podía mirar hacia arriba; el sol empezaba a calentar y su luz me ofendía los ojos. Oía yo a mi alrededor un ruido confuso; pero la postura en que yacía solamente me dejaba ver el cielo. Al poco tiempo sentí moverse sobre mi pierna izquierda algo vivo, que, avanzando lentamente, me pasó sobre el pecho y me llegó casi hasta la barbilla; forzando la mirada hacia abajo cuanto pude, advertí que se trataba de una criatura humana cuya altura no llegaba a seis pulgadas, con arco y flecha en las manos y carcaj a la espalda. En tanto, sentí que lo menos cuarenta de la misma especie, según mis conjeturas, seguían al primero. Estaba yo en extremo asombrado, y rugí tan fuerte, que todos ellos huyeron hacia atrás con terror; algunos, según me dijeron después, resultaron heridos de las caídas que sufrieron al saltar de mis costados a la arena. No obstante, volvieron pronto, y uno de ellos, que se arriesgó hasta el punto de mirarme de lleno la cara, levantando los brazos y los ojos con extremos de admiración, exclamó con una voz chillona, aunque bien distinta: Hekinah degul. Los demás repitieron las mismas palabras varias veces; pero yo entonces no sabía lo que querían decir. El lector me creerá si le digo que este rato fue para mí de gran molestia. Finalmente, luchando por libertarme, tuve la fortuna de romper los cordeles y arrancar las estaquillas que me sujetaban a tierra el brazo izquierdo -pues llevándomelo sobre la cara descubrí el arbitrio de que se habían valido para atarme-, y al mismo tiempo, con un fuerte tirón que me produjo grandes dolores, aflojé algo las cuerdecillas que me sujetaban los cabellos por el lado izquierdo, de modo que pude volver la cabeza unas dos pulgadas. Pero aquellas criaturas huyeron otra vez antes de que yo pudiera atraparlas.
     Sucedido esto, se produjo un enorme vocerío en tono agudísimo, y cuando hubo cesado, oí que uno gritaba con gran fuerza: Tolpo phonac. Al instante sentí más de cien flechas descargadas contra mi mano izquierda, que me pinchaban como otras tantas agujas; y además hicieron otra descarga al aire, al modo en que en Europa lanzamos por elevación las bombas, de la cual muchas flechas me cayeron sobre el cuerpo -por lo que supongo, aunque yo no las noté- y algunas en la cara, que yo me apresuré a cubrirme con la mano izquierda. Cuando pasó este chaparrón de flechas oí lamentaciones de aflicción y sentimiento; y hacía yo nuevos esfuerzos por desatarme, cuando me largaron otra andanada mayor que la primera, y algunos, armados de lanzas, intentaron pincharme en los costados. Por fortuna, llevaba un chaleco de ante que no pudieron atravesar.
     Juzgué el partido más prudente estarme quieto acostado; y era mi designio permanecer así hasta la noche, cuando, con la mano izquierda ya desatada, podría libertarme fácilmente. En cuanto a los habitantes, tenía razones para creer que yo sería suficiente adversario para el mayor ejército que pudieran arrojar sobre mí, si todos ellos eran del tamaño de los que yo había visto. Pero la suerte dispuso de mí en otro modo. Cuando la gente observó que me estaba quieto, ya no disparó más flechas; pero por el ruido que oía conocí que la multitud había aumentado, y a unas cuatro yardas de mí, hacia mi oreja derecha, oí por más de una hora un golpear como de gentes que trabajasen. Volviendo la cabeza en esta dirección tanto cuanto me lo permitían las estaquillas y los cordeles, vi un tablado que levantaba de la tierra cosa de pie y medio, capaz para sostener a cuatro de los naturales, con dos o tres escaleras de mano para subir; desde allí, uno de ellos, que parecía persona de calidad, pronunció un largo discurso, del que yo no comprendí una sílaba".  

sábado, 22 de enero de 2011

LA NOVELA DEL SIGLO XVIII

  La novela es, junto con el ensayo, el género de mayor importancia durante el siglo XVIII. Se pueden distinguir dos tendencias fundamentales.

a) La novela didáctica, relacionada con los planteamientos del pensamiento ilustrado (la literatura se convierte en vehículo de transmisión de ideas)
b) La novela sentimental, que abre el camino a la novela romántica.

 En el siglo XVIII se avanza en las técnicas novelísticas de la descripción de ambientes y el retrato de personajes.

LA NARRATIVA INGLESA: EL NACIMIENTO DE LA NOVELA BURGUESA

 Los logros alcanzados en la novela son el reflejo de una sociedad florecinte cuya capital, Londres, era la mayor ciudad del mundo civilizado.

1. DANIEL DEFOE: "ROBINSON CRUSOE"



  La novela moderna en Inglaterra se inicia con la obra de Daniel Defoe (1660-1731). Defoe era un comerciante que recibió formación eclesiástica y que dedicó los últimos años de su vida a la escritura. Su primera novela, "Robinson Crusoe", relata la historia del joven aventurero Robinson que naufraga en una isla desierta, en la cual permanece 27 años hasta que consigue ser rescatado. Durante todo este tiempo tiene adaptarse a las condiciones de vida en la isla, primero en completa soledad, después en compañía del nativo Viernes. Destaca por la narración autobiográfica y por sus detalladas descripciones. 

ROBINSON CRUSOE (PELÍCULA DE LUIS BUÑUEL, 1954): http://www.youtube.com/watch?v=Y7BuN8eEYM0

  En "Moll Flanders" Defoe narra la vida de la protagonista desde su nacimiento, en el seno de una familia muy pobe, hasta que con su astucia y esfuerzo consigue ascender en la escala social. También de Daniel Defoe es "Diario del año de la peste", un escalofriante relato novelado en el que se describen con crudeza los horribles acontecimientos que coincidieron con la epidemia que asoló Londres y sus alrededores entre 1664 y 1666.

2. JONATHAN SIWFT: "LOS VIAJES DE GULLIVER"


 VIAJES DE GULLIVER (PELÍCULA): http://www.youtube.com/watch?v=988iuXXMCvs

  Jonathan Swift (1667-1745) nació en Dublín; su compromiso por mejorar la situación de Irlanda lo llevó a intervenir activamente en política a lo largo de toda su vida. En Inglaterra realizó estudios eclesiásticos y se ordenó por la iglesia anglicana.
 Comenzó su carrera como escritor dirigiendo un periódico conservador desde el que no dudó en manifestar con crudeza sus ideas políticas y religiosas. En 1729 da a conocer un panfleto que causó una gran impresión entre la sociedad contemporánea, "Una modesta proposición. Para prevenir que los niños pobres de Irlanda sean una carga para sus padres o el país, y para hacerlos útiles al público": en un alarde de ingenio y de humor negro, propone que sirvan de alimento a los más ricos. 
  Su primera gran obra es "Cuento de una barrica", en la que hace gala de una capacidad satírica que alcanzará su máxima expresión en "Los viajes de Gulliver". La acción de este libro transcurre, en la pirmera parte, en el país de Liliput, cuyos habitantes son unos seres diminutos. La segunda parte se desarrolla en el país de los gigantes, en el que Gulliver se convierte en el juguete de una niña. La tercera parte transcurre en el país de Laputa, formado por un territorio fijo y una isla volante. Y la cuarta, que encierra una crítica social más amarga, se desarrolla en el país de unos caballos, los houyhnhnms, que tienen una sociedad muy bien organizada.

3. SAMUEL RICHARDSON: "PAMELA O LA VIRTUD RECOMPENSADA"
    Samuel Richardson puede considerarse como el padre de la novela sentimental. Son notas comunes a sus obras "Pamela o la virtud recompensada" y "Clarissa" la forma epistolar y el tema de la honra. Las tramas folletinescas y lacrimógenas le hicieron alcanzar gran éxito, pero también le convirtieron en objeto de duras críticas. No faltaron tampoco parodias de los folletines de Richardson, como "Joseph Andrews" de  Henry Fielding.

4. JANE AUSTEN: "ORGULLO Y PREJUICIO"
    A medio camino entre los siglos XVIII y XIX se encuentra Jane Austen (1775-1817), autora de "Sentido y sensibilidad", "Orgullo y prejuicio", "Mansfield Park" o "Emma". Destaca magistralmente en el retrato psicológico y en la descripción de un ambiente rural.


PELÍCULA: http://www.peliculasyonkis.com/pelicula/orgullo-y-prejuicio-2005/#online


LA NARRATIVA FRANCESA: NOVELA ILISTRADA Y SENTIMENTAL

1. ANTOINE PRÉVOST: Es el gran novelista francés del XVIII; entre otros quehaceres de una agitada vida, se dedicó a la actividad periodística y a la traducción (tradujo a Richardson). La más importante de sus obras es "Manon Lescaut": en ella se tratan los desgraciados amores entre el caballero Des Grieux y la cortesana Manon. Aunque la obra tuvo gran éxito y destaca por su lirismo, fue tachada de inmoral y retirada de las librerías.

2 BERNARDIIN DE SAINT PIERRE: Escritor y botánico, se dedicó al arte y a la ciencia con igual pasión. Sus "Estudios sobre la naturaleza", inspirados por su amigo Rousseau, tuvieron un gran éxito. La novela por la que ha sido recordado por la posteridad es "Pablo y Virginia"; en ella, se narra la historia de dos jóvenes que han crecido en la isla de Saint Maurice hasta que ella intenta adaptarse a la vida de la civilización. Esta obra es precursora de la novela romántica y sentimental en Francia.

3. PIERRE CHODERLOS DE LACLOS: Este militar es una figura importante de la novelística francesa por haber escrito "Las amistades peligrosas", culminación de la novela epistolar. A través de 155 cartas, Larros narra la conspiración del libertino vizconde de Valmont y su antigua amante, la marquesa de Mertueil, para acabar con la virtud de madame Tourvel y seducir a la joven Cécile. Las cartas sirven para presentar los caracteres de los diferentes personajes y para dar distintas versiones de un mismo hecho.



INFLUENCIA DE LA NOVELA PICARESCA Y DE "DON QUIJOTE DE LA MANCHA" EN LA NOVELA EUROPEA DEL SIGLO XVIII
   La novela picaresca aporta a los autores europeos del siglo XVIII un modelo narrativo en el que destaca la verosimilitud o la parodia, la narración epistolar, el reflejo crítico de la sociedad y un estilo sencillo. No obstante, encontramos huellas más concretas de su influencia en "Moll Flanders" de Daniel Defoe. El argumento de esta novela se basa en las peripecias de Moll Flanders, que tras varios matrimonios infructuosos, termina dedicándose al robo y la delincuencia, lo que la llevará a prisión. Esta obra cumple las características propias del género picaresco: narración en episodios, evolución del personaje en función de los hechos que le suceden, cambio de clase social de la protagonista, el engaño como principio de actuación, fingimiento narrativo por el cual el autor se hace pasar como editor, etc.

  La obra de Cervantes influye en la narrativa europea del siglo XVIII por la individualidad de sus personajes, la parodia de los géneros y el humor irónico. Esto fue posible gracias al enorme éxito que alcanzó el libro, tanto fuera como dentro de España, inmediatamente después de su publicación.
a) España: Dentro de nuestro país se produjeron algunos intentos fallidos de continuar la novela tras la muerte del ingenioso hidalgo. Por lo que se refiere a la influencia de técnicas narrativas, esta puede rastrearse en el padre Isla, quien se inspiró en la sátira cervantina para escribir "Fray Gerundio Campazas".
b) Alemania: los hechos y personajes de "Don Silvio de Pedralva" de Wieland no podrían explicarse sin el antecedente de "Don Quijote de la Mancha", ni tampoco se entenderían las parodias de otros autores, como Wezels.
c) Inglaterra: la herencia cervantina tuvo aquí tanta fuerza que contribuyó a la creación de obras con auténtica calidad literaria. Henry Fielding escribió un "Don Quixote in England" y afirma que "Joseph Andrews" está escrita  "a la manera de Cervantes", mientras que en "Tom Jones" el paralelismo parece claro en la relación entre amo y criado.
    En los "Viajes de Gulliver" de Swift o en el "Tristam Shandy" de Sterne se busca la parodia de las formas narrativas de moda en ese momento. Sterne lleva la influencia de Cervantes más allá, con numerosas referencias a su obra maestra y con el reconocimiento explícito del empleo del humor cervantino. Smollett sigue los pasos de Cervantes en "El viaje de Humphrey Clinker", cuyo protagonista realiza un viaje a través de un mundo caricaturizado.