sábado, 9 de abril de 2011

LA CRISIS DE 1914. LA CONSOLIDACIÓN DE UNA NUEVA FORMA DE ESCRIBIR EN LA NOVELA

 
 La civilización liberal se derrumba con la Primera Guerra Mundial (1914-1918) que, además de provocar el horror como nunca antes por el enorme número de muertos y heridos, dejó a los países vencedores- excepto EEUU- en la bancarrota y ocasionó el desmoronamiento de buena parte de los regímenes europeos. Tras la guerra, Europa se hunde en una depresión económica que propicia el auge del fascismo italiano y de otros movimientos autoritarios; en cambio, los EEUU, lejos de los campos de combate y habiéndose incorporado al bando aliado tiempo después de comenzar los enfrentamientos, disfruta por estas fechas de un crecimiento económico que le permitirá situarse como la primera potencia mundial. 
  Durante el transcurso de la guerra, en 1917, un acontecimiento conmovió al mundo: la revolución bolchevique de Rusia. Su importancia trascendía las fronteras nacionales: el objetivo era la revolución socialista mundial, empezando por los países más industrializados de Europa. Con este fin, se funda en 1919 la III Internacional, la consecuencia fue que se ahondó la brecha entre los reformistas socialdemócratas y los revolucionarios.
  En el campo del arte y de la cultura, el primer tercio del siglo XX es particularmente fértil. Se produce una explosión creativa, de cuya diversidad da idea la multitud de movimientos estéticos que se suceden y solapan en pocos años: son las vanguardias. Las corrientes vanguardistas se caracterizan por su afán experimental y su voluntad rupturista con respecto al arte anterior. En general, es en las artes plásticas donde se concreta más explítitamente el cambio con respecto a la tradición artística previa.
  Durante la Primera Guerra Mundial, España se mantuvo neutral. Pese a los extraordinarios beneficios empresariales obtenidos gracias a dicha neutralidad, la población se empobreció y se intensificó la lucha de clases, lo que culminó en la huelga general de 1917. En Barcelona, grupos anarquistas pasaron a la acción directa y organizaron atentados, a lo que respondió la patronal con bandas de pistoleros a sueldo. En 1920 se fundó el Partido Comunista de España. A esta tensión social se añadieron las consecuencias del anacrónico colonialismo español en el norte de África. Con el golpe militar de Primo de Rivera en 1923 termina la Restauración.
CARACTERÍSTICAS DE LA NARRATIVA DEL SIGLO XX: Que la novela ha sido el género literario por excelencia del siglo XX admite pocas dudas. Se ha dicho que con Stendhal llega a la culminación el tipo de narración que Cervantes elevó a rango de obra de arte. Al novelista del siglo XX le quedaría, por tanto, solo contar manejando ese juego de estructuras que los grandes narradores del pasado le habían legado. Sin embargo, cada vez que se anuncia el final de la novela como género surge una obra maestra nueva.
  En el discurso narrativo de este siglo nos encontramos con la negación absoluta del género, con intentos de renovación parcial o total, con críticos y creadores que han buscado nuevas denominaciones para lo que consideraban que no se ajustaba al modelo literario conocido como “novela”: antinovela, no-novela, novela nueva, nivola, novela lírica…El novelista ha incorporado el debate a su propia creación para hacer partícipe al lector y, en el otro extremo, nunca como en esta centuria se ha teorizado tanto sobre el hecho novelesco: Ortega y Gasset, Barthes, H. James, E.M. Foster, Todorov, Batjin, Genette, etc. A la postre, la única conclusión posible es que existen tantas “novelas del siglo XX” como novelistas o, lo que es lo mismo, en sentencia ya célebre de Camilo José Cela: “Novela es todo aquello que, editado en forma de libro, admite debajo del libro y entre paréntesis, la palabra novela”.
   Ante tal diversidad es fácil comprender la dificultad de establecer una caracterización tan general que resulte válida para todos los narradores de este siglo. Además, el ritmo vertiginoso de los acontecimientos  históricos y sociales es trasladable a lo literario: los movimientos, escuelas, hallazgos y modelos se suceden rápidamente, se solapan incluso, ofreciendo una convivencia de conceptos narrativos opuestos que arrojan, si cabe, más dificultad a esta pretendida caracterización. 

INFLUENCIA DE OTRAS ARTES EN LA NOVELÍSTICA DEL SIGLO XX

1. CINE: Novela y cine se retroalimentan, pues numerosas obras cinematográficas se han basado en grandes novelas (El nombre de la rosa  de Umberto Eco; Fahrenheit 451 de Ray Bradbury) y es frecuente la participación de novelistas en sus guiones (García Márquez, Steinbeck, Capote). 

Técnicas novelísticas influidas por el cine: saltos temporales (flashbacks), montaje cinematográfico, variación de planos, escenas simultáneas, cámara lenta…

2. MÚSICA: La relación entre la música y la literatura se ha cifrado en los valores rítmicos de la poesía o en la influencia de la ópera. 

3. PINTURA: Cuando la pintura abandona, con las vanguardias, el objetivo de ser reflejo de la realidad, la novela hace otro tanto, y encontramos también novela-collage (La mujer de las mil cabezas de Max Ernst); colaboraciones entre géneros, como las de Sonia Delaunay y Cendrars; reducciones cubistas que emparentan las greguerías y las “novelas de la nebulosa” de Gómez de la Serna con el cubismo o la etapa abstracta de Picasso; la novela objetivista de Robbe-Grillet se aproxima a la pintura geométrica de un Mondrian; grandes pintores que novelan, como Dalí, Picasso, Solana…Asimismo, la propia imagen asociada al texto o a la tipografía resultan, en ocasiones, fundamentales (El principito de Saint-Exupéry).

4. ARQUITECTURA: El replanteamiento de la relación espacio-tiempo ha permitido en el siglo XX llegar a lo fragmentario, a lo caótico, a lo no-lineal. En arquitectura, Frank Gehry o Daniel Libeskind fusionan arquitectura con narración escrita y visual; en literatura, Rayuela de Julio Cortázar es un edificio de pasillos laberínticos y formas ageométricas, donde podemos añadir y suprimir ciertos espacios.

TENDENCIAS
  1. Deshumanización, hermetismo en la búsqueda del “arte por el arte” huyendo de la realidad.
  2. Novela comprometida, social.
NARRADOR
El narrador omnisciente deja paso al narrador dubitativo, frecuentemente en primera persona. La duda se traslada al lector mediante el escepticismo o los titubeos del narrador.
PUNTO DE VISTA
Para alejarse de lo narrado, el narrador adopta diferentes puntos de vista: tan pronto desarrolla los hechos en calidad de testigo o transcriptor como incorpora el monólogo interior o se documenta con la meticulosidad del periodista o historiador.
TIEMPO Y ESPACIO
El tiempo desaparece hasta el punto de ocuparse de unos meses, de un día o de un breve instante. Así pues, se prima el espacio, incorporado con múltiples detalles u operando con valor simbólico, provisto de una nueva expresividad. Lo narrativo cede paso a lo descriptivo.
Ni el tiempo ni el espacio son lineales. El universo es relativo, fragmentario, caótico y la novela también: saltos en el tiempo, carencia de puntuación y párrafos, fragmentarismo, experimentación, etc.
ESCENARIO
La ciudad se convierte en el escenario por excelencia; en ocasiones, se convierte en verdadera protagonista de la obra.
PERSONAJES
Más centrada en el personaje que en los hechos, el protagonista es un antihéroe que se mueve desorientado y angustiado por la ciudad. Se trata de un personaje redondo, que a veces está teñido de autobiografismo y bajo cuya perspectiva psicológica se narra la acción, pero que en muchas ocasiones forma parte de una masa, como en la novela coral.
METALITERATURA
Existe una reflexión constante sobre la tarea de narrar que, en ocasiones, da lugar a apostillas, anotaciones o trabajos críticos de los propios creadores, pero que, en muchas otras, se incorporan a la propia novela.
 

1 comentario:

  1. Me gusta tu Blog... Aunque no llevo esta materia, son muy prácticos los esquemas que subiste. Sigo tu blog.

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