domingo, 24 de abril de 2011

MARCEL PROUST- THOMAS MANN- FRANZ KAFKA

3. MARCEL PROUST

   La novela psicológica ya había sido apuntada por los grandes maestros del siglo XIX: Stendhal, Zola y, sobre todo, Dostoievski habían trazado un camino de ineludible tránsito para los narradores de las primeras décadas del siglo XX, y solo los vanguardistas osaban apartarse hacia sendas inexploradas. Así, la irrupción de un novelista adinerado, caprichoso, enfermizo y refinado como Proust no fue, en principio, tomada muy en serio.
  No  obstante, Marcel Proust estaba llamado a consagrar su vida a la redacción  de una de las grandes obras de todos los tiempos, En busca del tiempo perdido. Novela-río por excelencia, la trama gira en torno a un narrador que en el primer volumen ya plantea la alternativa de dos senderos, el de Germantes (la aristocracia) y el de Méséglise o de los Swan (la pasión amorosa). Asistido en su formación por un artista y por un músico, el narrador va desarrollando un enorme monólogo interior en primera persona, técnica muy adecuada para indagar en la complejidad psicológica de los personajes y que le permite aportar multitud de elementos autobiográficos. No es, sin embargo, una novela centrada en la trama o en los personajes: la obra recrea un universo completo. En el último volumen compara su proceso de creación con el de una catedral gótica, cuyos planos iniciales van cambiando su laberíntica estructura a medida que avanza la construcción. Los mecanismos que utiliza para ello (minuciosas descripciones, incorporación de sensaciones y recuerdos, periodos sintácticos inusualmente largos y complejos) convierten su lectura en una tarea indudablemente ardua.
  Las acciones se van presentando como los distintos elementos de una sinfonía para conformar una realidad literaria única. Coincide con el impresionismo en la caracterización de los personajes de manera fragmentaria a través de sus gustos, aficiones y hábitos o mediante la interpolación de evocaciones.
  Tal vez sea el concepto de evocación el que mejor defina la obra: se evocan olores, sabores, colores, sensaciones, formas, entregándose a la memoria sensorial, más que a la reflexión, para mostrar esa realidad del presente-pasado. Asistimos, en definitiva, a un experimento filosófico emparentado con las teorías sobre el conocimiento y la memoria de Bergson o con la recuperación de parcelas del subconsciente de Freud.

4. THOMAS MANN

  En la Alemania industrial y militarizada de principios del siglo XX la técnica expresionista domina la pintura, el cine y la producción novelística de escritores como Kafka, Herman Hesse, Robert Musil, Ivan Goll, etc.
 Ciertos sectores de la crítica literaria sitúan a la obra de Thomas Mann, por su perfeccionismo y por sus ataques a la vanguardia más atrevida, como el estertor de la novela burguesa; sin embargo, es evidente que este autor es uno de los grandes innovadores de la novela, si bien su propuesta no se centra en la experimentación lingüística como la de Joyce o Proust, sino en la incorporación de la reflexión a la narración. Thomas Mann rechaza un arte deshumanizado que carezca de compromiso con la realidad, incluida la realidad propia que soporta lo soñado y lo anhelado.
  Desde su primera novela, Los Buddenbrook, existe una análisis preciso del hombre burgués de su tiempo, en tensión con la sociedad y consigo mismo. Esa tensión llega también a Muerte en Venecia o Doctor Faustus, y descubrimos que se repite la reflexión por el papel del artista y la indagación en su compleja psicología, el eterno debate entre arte y vida. Entre sus grandes obras es La montaña mágica la más destacable, tanto por la profundidad de sus indagaciones filosóficas (tiempo, muerte, dolor, pasión, etc.) como por la pulcritud de su lenguaje; en ella se incorporan elementos simbólicos y se adopta un punto de vista distante e irónico, dejando el peso de la acción al diálogo. Puede considerarse una novela total. 


5. FRANZ KAFKA

   Franz Kafka ha legado el adjetivo kafkiano como sinónimo de absurdo o angustioso. Así es el mundo literario del autor checo, especializado en captar lo que de raro y siniestro hay en la realidad, comenzando por la condición del hombre contemporáneo (La metamorfosis) y pasando por la administración de justicia (El proceso) o la creación de leyes (El castillo). Lo onírico, lo subconsciente y lo irracional emerge, de acuerdo con la técnica expresionista de hacer aflorar los sentimientos más profundos. En Kafka, esos sentimientos son la angustia, la soledad, la frustración y la culpabilidad, y los estampa en una prosa fría, corta, tajante y sin adornos, pero de una eficacia expresiva descomunal. Pese a la brevedad de su obra y de que solo fuese conocida gracias a la infidelidad de un amigo, que la publicó sin permiso tras su muerte, es, sin duda alguna, una de las visiones literarias más influyentes de todo el siglo XX.    

1 comentario:

  1. si la novela psicologica segun entiendo, es el desarrollo de personajes deacuerdo a la siquis del narrador, donde refleja en una historia, parte de sus desencantos y percepciones de la vida.y los experimenta hacia caminos que le conduscan reflexiones mas claras., de un mundo cuya realidad plasma con los elementos sensoriales de sus personajes. entonces que seria una novela sociologica. si gran parte de nuestras sensaciones nos las impone la sociedad.

    ResponderEliminar